"Pide una silla, se sienta y da un pase sin levantarse. Sigue colosal. Hay un pase de pecho tan ceñido que le da el toro con los cuartos traseros. (Entusiasmo y Música) Da unos naturales, cambiando la muleta por la espalda. Es el resurgimiento de su vida torera. Como en los buenos tiempos: artista, florido, elegante, valiente. Se llena el ruedo de sombreros. El toro le coge y le derriba. Emoción y sentimiento en el público. Se repone y vuelve al toro confiado. Las ovaciones no se interrumpen." (Gregorio Corrochano, ABC del 31 de julio de 1918).