
Resultado de este acto vandàlico es que el matador haya quedado sin el 50% de su visiòn en el ojo derecho por desgarro de la retina, y actualmente se encuentra en consulta con los mèdicos especializados para su total recuperaciòn que esperamos sea posible.
Este vil y repudiable acto de violencia no debe quedar en la impunidad y silencio, porque tambièn ha sido un alerta para todos aquellos toreros que al estar delante del toro no deben pensar siquiera, en esperar un ataque a mansalva por parte de un irresponsable agazapado entre el pùblico escondiendo la mano violenta.
Las asociaciones, sindicatos, estamentos taurinos y aficionados en general, deberàn considerar como VETADA a la plaza de toros de Huari, hasta que se hagan conocer los resultados de las investigaciones y sanciones impuestas al responsable de este violento acto que limita a la persona humana en el desarrollo de su profesiòn.