miércoles, 10 de junio de 2009

LA CARTA DEL GANADERO PERUANO

Señor
Edgar Materón
Presidente de la Fundación Plaza de Toros de Cali Colombia.
De mi consideración:
Se cumplieron ayer cuatro meses desde que el domingo 8 de febrero pasado, me reuní en Bogotá con el señor Abadía, Gobernador del Valle del Cauca, quien en representación de la empresa taurina de la Plaza de Toros de Cañaveralejo de la ciudad de Cali, me invitó a participar con una corrida de mi ganadería en la tradicional feria de esa ciudad.
Recibí muy halagado y honrado esa invitación, ya que constituía la oportunidad para que - por primera vez - un encierro de ganadería peruana se lidie en alguna feria del extranjero. Fui también muy conciente de la importante responsabilidad que asumía al aceptar esa gentil invitación, la que se me formulaba luego que algunas de las principales figuras del toreo pidieran mis toros para su reaparición en dicha feria colombiana.
Conciente de ello, desde el primer momento le brindé al señor Gobernador todas las facilidades para llegar a concretar un acuerdo satisfactorio. Especialmente en lo que al precio del encierro se refiere, decidí aceptar su oferta de 92 millones de pesos, ya que me informó que era este el monto que se había acordado pagarle en Cali a los ganaderos colombianos, por sus encierros de seis toros.
Yo había obtenido en Lima días antes de esa reunión una cotización del flete aereo de los toros ( TAMPA) y del costo de fabricación de los cajones para su traslado, los que ascendían a aproximadamente US$ 12,000.00, incluidos gastos de aduana y trasportes terrestres desde mi ganadería hasta la plaza de Cali. Por ello y para hacer que el impacto de esos costos de importación fuera menos oneroso para la empresa de Cali, en aquella reunión le ofrecí al señor Gobernador donar un séptimo toro, para que sirviera de sobrero en esa corrida y luego pueda ser lidiado en otro evento de su feria. Con el ahorro del precio de dicho séptimo toro - en la práctica - yo estaba solventado el 60% de los referidos costos de importación del encierro.
Habiendo llegado a este satisfactorio acuerdo con el señor Gobernador, estrechamos nuestras manos y concluyó la reunión. A partir de eso, lo acordado en aquella oportunidad ha constituido para mi un compromiso firme y definitivo, como me imaginé que también sería considerado por los empresarios de la Plaza de Toros de Cali. De no haber sido así ustedes me lo tendrían que haber informado de inmediato, más aún siendo directivos de esa Fundación algunos antiguos amigos - colegas ganaderos.
Días despues de nuestra reunión el señor Gobernador hizo de conocimiento público en varias declaraciones a los medios escritos y radios de Colombia, que el acuerdo conmigo estaba cerrado y que mi ganadería participaría en la feria taurina de Cali 2009-2010.
A mi regreso a Lima, resumí en un memorandum el detalle de todos los acuerdos adoptados personalmente con el señor Gobernador, quien actuaba a nombre de la empresa de la Plaza de Cali, y se lo envíe por correo electrónico, tanto a su asesor el señor Victor M. Salcedo, como al Gerente de la Fundación Plaza de Cali, señor Juan Manuel Muñoz. Luego de esto y en espera de que se me enviara el respectivo contrato firmado y el adelanto del precio como es lo usual, me he comunicado durante estos cuatro meses en muchas oportunidades con los señores Salcedo y Muñoz, tanto por teléfono como através de correos electrónicos; les he enviado los datos mios y de mi finca para los permisos sanitarios; en dos oportunidades les he enviado diferentes fotos de 10 utreros entre los cuales se seleccionarán los siete apartados para Cali; y, he recibido, revisado y aprobado el texto de un contrato especial que ustedes suelen celebrar con los ganaderos de su país. Sin embargo, a pesar de mis reiterados pedidos, hasta la fecha no he conseguido que se formalize la suscripción del referido contrato y se me abone el respectivo adelanto de precio.
Hace aproximadamente un mes atrás, y ante mi reiterada insistencia, recibí una llamada de usted, señor Materón, con la que recien me informó que el ICA, que es el órgano zoo-sanitario oficial en su país, estaba exigiendo que se realice una segunda cuarentena a mis toros, por 30 días a partir de su ingreso a Colombia, en un establecimiento aislado, para repetir allá todas las pruebas, analisis y vacunas que tendrían que haberseles hecho a las reses en el Perú antes de su traslado aéreo. Esta segunda cuarentena a mis toros por 30 días en un corral aislado, en espacio tan diferente a su habitat natural, y además expuestos a nuevas pruebas y manejo en mangas, iba obviamente a causar grave daño a su condición física, adelgazarlos y manosearlos en exceso. Yo le informé que en mi opinión esa extraña exigencia haría virtualmente imposible la presentación de mis reses en Cali. En esa misma llamada le adelanté, y al día siguiente le confirmé a usted por medio de un correo electrónico, que esa exigencia del ICA además de absurda era ilegal, pues la normativa de la Comunidad Andina que nos rige no considera en ningún caso la necesidad de una segunda cuarentena en el país de destino para reses destinadas a la lidia, bastando la cuarentena y las pruebas que les corresponden cumplir a esas reses en su finca de origen, a cargo de la autoridad sanitaria del país de origen, en este caso SENASA en el Perú.
Más aún, les expliqué que dicha segunda cuarentena no la habían exigido nunca la autoridades peruanas en las múltiples importaciones de toros de lidia colombianos que hemos venido haciendo a nuestro país desde el año 2004, y que además exigirla para mis toros constituía una injusta expresión de desconfianza para con la labor de las autoridades peruanas, que son celosas de sus obligaciones y han permitido el control y erradicación de graves enfermedades en nuestro territorio.
Honestamente, luego de hablar con usted pensé que de inmediato los directivos de la Fundación Plaza de Toros de Cali buscarían darle solución a este problema, poniendo el tema en manos de algún abogado, para que con un simple recurso debidamente fundamentado consiguieran que el ICA retire esa ilegal e innecesaria exigencia sanitaria, despejando el camino para la importaciòn de mis toros a su ciudad. Lamentablemente hasta la fecha y a pesar del tiempo transcurrido, esto tampoco ha sucedido.
Los hechos que acabo de resumir me han permitido llegar ahora a la conclusión que la empresa que usted preside o no tuvo nunca - o en todo caso ha dejado de tener - interés en adquirir un encierro de mi ganaderia para lidiarlo en la feria de Cali. Por lo tanto, cumplo con informarles que el día de ayer - cuatro meses despues de la fecha en la que supuse que había cerrado un trato con ustedes - he procedido en resguardo de mis intereses a vender ese encierro para que se lidie este año en otra muy importante plaza de toros.
Dejo constancia que para mi esta operación frustrada es una verdadera decepción, pues tanto yo, como muchos buenos aficionados en mi país , estabamos muy ilusionados con el debút de los toros peruanos en tierras hermanas de Colombia. Espero que en el futuro este proyecto se pueda concretar, ya sea en Cali o en otra de las importantes ferias de su país. Les deseo mucha suerte con la organización de su feria taurina 2009-2010, y celebraré que tengan ustedes el acierto de brindar un espectáculo de primera categoría, que es lo que se merece la estupenda Afición de Cali.
Cordialmente
Roberto Puga
Ganadero de Toros de Lidia

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