Por: Dikey Fernández Vásquez
Se requiere ayuda económica para el mantenimiento, conservación y restauración de los bienes culturales del museo
El museo funciona en un edificio de construcción moderna, ubicado en los exteriores de la bicentenaria plaza de toros de Lima, exactamente al lado izquierdo del ingreso a los tendidos de sombra, en el sub sótano del “Mesón La Ronda”. Turísticamente está a tiro de piedra del Paseo de Aguas (1770), Alameda de los Descalzos (1610), mirador de San Cristóbal, Convento de los Descalzos (1596), Iglesia Santa Liberata (1716), Nuestra Señora del Patrocinio (1688), Parroquia San Lázaro (1563), Nuestra Señora de Copacabana (1691), Capillita del Puente (1661), Nuestra Señora de la Cabeza (1624), Parroquia San Lorenzo (1834), Mirador de Ingunza (1858), entre otros lugares en el Rímac. Una visita obligada para los turistas en Lima.
Está adosado al viejo coso limeño y forma parte de las propiedades de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, entidad que por legado es propietaria de la plaza de Acho. Esa institución dedicada a fines sociales, por Acuerdo del Directorio en septiembre de 1961, tomó la decisión de crear un local donde se pudiera exhibir objetos de la tauromaquia ligadas al coso limeño.
Razón por la que se instauró el Patronato del Museo Taurino, presidido por Manuel Cisneros Sánchez en noviembre de 1961. Los miembros de ese primer patronato se abocaron a buscar objetos que se encontraban en colecciones privadas y que no se exhibían, logrando que muchos donen al museo bienes culturales, formando así el primer acervo museográfico taurino en el Perú. Se escogió provisionalmente como sala de exhibición museográfica, el piso bajo del Mesón La Ronda, aquí lo provisional se quedó como definitivo. El 18 de octubre de 1962 se inauguró el Museo Taurino de la Plaza de Acho, abriendo sus puertas a partir del día siguiente con éxito y recibiendo elogios por la calidad de bienes culturales que ahí se exhibían.
En marzo de 1983, el río Rímac desbordó sus riberas, inundando la sala principal de exhibición, deteriorándose algunos bienes culturales de gran valor museográfico. Poner operativo el museo duró aproximadamente siete meses. Con motivo de la tradicional feria del Señor de los Milagros de ese año, se volvieron a abrir sus puertas al público, con el mismo éxito que había tenido antes.
Fue en 1989 que se renovó el Patronato del Museo Taurino, ésta vez la presidencia recayó en el General FAP José Ernesto Fernández Lañas, quien trabajó indesmayablemente en la recuperación del acervo cultural museológico taurino, especialmente en textiles (trajes de luces), falleció en ejercicio de sus funciones en 1995, asumiendo Luis Cayo Córdova el cargo de presidente, institución que años después dio paso a la formación del Patronato de la Plaza de Acho.
Fulvio Da Fieno un extinto aficionado fue el primer curador o encargado del museo, lo sucedió en el cargo América Carrera Sanguinetti por catorce años, posteriormente en cortos periodos Juan Ramírez Peña, Alicia García Barboza y Guillermo de las Casas, desde 1988 la dirección del museo fue encargada a Dikey Fernández Vásquez hasta 1996, luego lo sucedieron Andrés Balandra, Rosa Zorrilla, Carmen Huamanchumo y actualmente lo gestiona Elita Moreno Briceño.
No todos los bienes culturales del museo se encuentran en exhibición. Se inauguró con 128 objetos, los mismos que se incrementaron con motivo del bicentenario de la plaza de Acho en 1966. Los matadores participantes en tal efemérides obsequiaron sus prendas taurinas al museo, actitud que provocó otras donaciones, llegando a incrementándose a 657 bienes culturales. En 1989 gracias al ICOM-PERU es que se ve una nueva perspectiva museológica, al ya existente. El patronato trabajó indesmayablemente, logrando subir a la cifra de 1,660 los bienes culturales. Actualmente inventariados superan los dos millares de ítems.
Es evidente que el museo necesita apoyo económico, por ello permítanme proponer algunas ideas. Del ingreso total que se recauda por feria, determinar un 10% para su mantenimiento. Organizar un festival dentro de una feria con toreros y toros a costo cero. En los boletos de ingreso a los espectáculos taurinos, afectarlos con 5 ó 10 soles. Volver a formar un tercer patronato con personas desinteresadas y con voluntad de trabajo.