El noble manso desaprovechado de Las Ramblas
Burladero.com JOSÉ VEGA - Madrid - 20/05/2008 22:18
Desigual corrida en cuanto a presentación y juego la que ha lidiado la ganadería de Las Ramblas en San Isidro. Toros que embistieron descompuestos y con un peligro sordo de los menos agradecidos, ya que no se captó en el tendido. Tan solo se salvó el noble manso que se lidió en primer lugar de la desclasada y desrazada condición que lucieron los pupilos de Daniel Martínez.
La “cosa” empezó bien, a medias. El primer toro, a la postre el que ofreció posibilidades y que debió irse al desolladero sin alguno de sus apéndices auditivos, manseó en los primeros tercios. Por esos lares nunca se empleó y buscó siempre la querencia de chiqueros. En la muleta salió de najas a la primera de cambio y se plantó enfrente del tendido cinco, en terrenos de Sol, donde nadie le molestara. Allí se sintió a gusto y tomó la muleta con recorrido y cierta clase pero sin humillar. Sí, sin humillar, porque hay que diferenciar al toro que humilla para querer coger las telas, acometiendo con todo para plantar pelea, del que simplemente baja la cabeza para pasar. Eso precisamente es lo que hizo el noble pero manso toro de Las Ramblas. Cuando si lo hizo de verdad fue en la única tanda que se tragó por el pitón izquierdo, con algo más de casta y empuje añadiendo las lógicas complicaciones que eso conlleva. El toro bien es verdad que no fue del todo cierto, ya que pegaba un incomprensible parón a mitad de la tanda que desconcertaba a todos, por ello fue un animal cambiante pero con posibilidades de triunfo.
El segundo sacó complicaciones. Distraído y derrotando de salida, se dejó pegar en el caballo, para salir suelto después y hacer hilo en las telas. Se quedaba más corto que el primero, acostándose por ambos pitones y revolviéndose peligrosamente. Un defecto que siempre tuvo es que no atendía a los toques. Otro comportamiento, cuando menos, extraño.
El tercero se emplazó y de freno bruscamente en el capote de Tejela al que desarmó cuando fue a buscarle al medio tirando un feo derrote. Fue un toro siempre reservón que cuando embestía lo hacía agresivamente. Después de hacerse dueño de la situación en banderillas, donde metió mejor la cara por el pitón derecho, fue un toro también con dificultades. Matías Tejela estuvo inteligente al torearlo en línea y dándole salida ya que si lo hacía cruzado arrollaba al bulto.
Al cuarto le pesaron los kilos y aunque pronto en los cites embistió al paso y anodinamente, careciendo de emoción y midiendo siempre en sus arrancadas.
El quinto, un toro feo de hechuras y altote, fue otro que no descolgó nunca en los capotes y que tuvo tranco de buey. Serafín Marín, clarividente con la condición del toro, le dio distancias y tiempos para no atosigarle y se parara al sentirse podido. Pero ni con esas se metió en la faena. Soso, sin raza ni emoción y muy descompuesto fue de más a menos en cuanto a recorrido se refiere.
El sexto fue otro marmolillo parado, deslucido y muy, muy aburrido, como casi toda la tarde.
Burladero.com JOSÉ VEGA - Madrid - 20/05/2008 22:18
Desigual corrida en cuanto a presentación y juego la que ha lidiado la ganadería de Las Ramblas en San Isidro. Toros que embistieron descompuestos y con un peligro sordo de los menos agradecidos, ya que no se captó en el tendido. Tan solo se salvó el noble manso que se lidió en primer lugar de la desclasada y desrazada condición que lucieron los pupilos de Daniel Martínez.
La “cosa” empezó bien, a medias. El primer toro, a la postre el que ofreció posibilidades y que debió irse al desolladero sin alguno de sus apéndices auditivos, manseó en los primeros tercios. Por esos lares nunca se empleó y buscó siempre la querencia de chiqueros. En la muleta salió de najas a la primera de cambio y se plantó enfrente del tendido cinco, en terrenos de Sol, donde nadie le molestara. Allí se sintió a gusto y tomó la muleta con recorrido y cierta clase pero sin humillar. Sí, sin humillar, porque hay que diferenciar al toro que humilla para querer coger las telas, acometiendo con todo para plantar pelea, del que simplemente baja la cabeza para pasar. Eso precisamente es lo que hizo el noble pero manso toro de Las Ramblas. Cuando si lo hizo de verdad fue en la única tanda que se tragó por el pitón izquierdo, con algo más de casta y empuje añadiendo las lógicas complicaciones que eso conlleva. El toro bien es verdad que no fue del todo cierto, ya que pegaba un incomprensible parón a mitad de la tanda que desconcertaba a todos, por ello fue un animal cambiante pero con posibilidades de triunfo.
El segundo sacó complicaciones. Distraído y derrotando de salida, se dejó pegar en el caballo, para salir suelto después y hacer hilo en las telas. Se quedaba más corto que el primero, acostándose por ambos pitones y revolviéndose peligrosamente. Un defecto que siempre tuvo es que no atendía a los toques. Otro comportamiento, cuando menos, extraño.
El tercero se emplazó y de freno bruscamente en el capote de Tejela al que desarmó cuando fue a buscarle al medio tirando un feo derrote. Fue un toro siempre reservón que cuando embestía lo hacía agresivamente. Después de hacerse dueño de la situación en banderillas, donde metió mejor la cara por el pitón derecho, fue un toro también con dificultades. Matías Tejela estuvo inteligente al torearlo en línea y dándole salida ya que si lo hacía cruzado arrollaba al bulto.
Al cuarto le pesaron los kilos y aunque pronto en los cites embistió al paso y anodinamente, careciendo de emoción y midiendo siempre en sus arrancadas.
El quinto, un toro feo de hechuras y altote, fue otro que no descolgó nunca en los capotes y que tuvo tranco de buey. Serafín Marín, clarividente con la condición del toro, le dio distancias y tiempos para no atosigarle y se parara al sentirse podido. Pero ni con esas se metió en la faena. Soso, sin raza ni emoción y muy descompuesto fue de más a menos en cuanto a recorrido se refiere.
El sexto fue otro marmolillo parado, deslucido y muy, muy aburrido, como casi toda la tarde.
FICHA DE LA DECIMOTERCERA DE LA FERIA DE SAN ISIDRO EN MADRID
Las Ventas (Madrid). Martes 20 de Mayo. 13ª de San Isidro.
Lleno.
Toros de Las Ramblas, bien presentados, mansos, desrazados y deslucidos. 1º, manso aunque noble. 2º y 3º, complicados y con peligro.
Juan Bautista, silencio y silencio.
Serafín Marín, silencio y palmas.
Matías Tejela, silencio en ambos.
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