jueves, 25 de marzo de 2010

UN DIA EN LA ESCUELA TAURINA "EL JULI" (II)

FERNANDO GIL-CABRERA / SIXTO NARANJO
Burladero.com
No sólo para los chicos matriculados en la Escuela de Arganda del Rey es una experiencia nueva. También para muchos de los profesores y docentes, que debutan formando chavales. Para Gabriel de la Casa, "el torero tiene que nacer torero por ilusión, por afición y por que lo lleve dentro, pero luego se puede ir haciendo y moldeando esa afición y esas ganas de querer ser torero, así que son las dos cosas unidas. El torero debe sentirlo desde joven y luego ese torero se va puliendo".
"Aquí mi función es la de director artístico, intento como te decía guiarles dentro de lo que es torear, es bonito sobre todo cuando ves un chaval con ilusión que te pregunta y cuando ves como los chavales van progresando en esta progresión tan difícil".
A Javier Vázquez, que acaba de aterrizar en la escuela, se le ve muy ilusionado con el proyecto. "Llevo un par de meses y estoy muy contento porque cuando me llamó Julián y me explicó el proyecto me pareció muy interesante y la verdad que los chavales todos están supermotivados, muy centrados, con mucha ilusión y da gusto estar con ellos".
Para Javier, "el torero nace y después se hace, pero aquí además de ayudar a toreros que se puedan hacer, también ayudamos al hombre, esto es una forja de hombres porque hay mucho espíritu de sacrificio y otras muchas cosas que se aprenden y que les servirán el día de mañana. Aunque siempre les digo que el mejor maestro es el toro".
Javier también empezó en una escuela, en su caso en la de Madrid y, al compararlas, explica: "Las veo muy similares, el torero es algo perenne, el pelo lo llevábamos de otra forma pero todo es muy similar, los chavales me recuerdan mucho a mis tiempos. El toreo es una ilusión muy grande y esa ilusión tiene que poder con todas las demás y eso lo veo en los chicos igual que cuando yo empezaba".
"Este año lo voy a pasar mal, el toreo es mucho riesgo, mi obligación es enseñarles para que no les coja pero luego hay que arriesgar y yo sé que lo voy a pasar muy mal, pero el toreo es muy bonito y es una manera también de seguir porque me daba pena que los conocimientos que por toda mi vida de torero vas guardando se pierdan y se queden ahí cuando te retiras. Esto es una manera de que eso no se quede y sacarlo".
Ángel Gómez Escorial, que está con los más experimentados, considera también que un torero "nace, porque es una vocación que se tiene que llevar dentro, lo que esta claro que esa vocación que es lo primero que hay que pedirle a un torero está luego basada en mucho trabajo, en mucha preparación para que el torero se haga. Yo creo que son las dos cosas".
"Un día en la Escuela empieza con una parte de físico que va alternando según los días, unos días carrera continua e incluso ejercicios específicos con los trastos de torear. Después, la Escuela esta dividida en tres grupos según niveles y con esos grupos se trabajan cosas diferentes. También se dan clases teóricas, se aprende a poner banderillas, otros días en la plaza de tientas vemos como debe ser la colocación en la plaza o en los tentaderos. Además, en las clases teóricas se hacen exámenes, por ejemplo el otro día les preguntamos 30 matadores de la edad de plata del toreo y lo han aprobado todos..."
"Uno de los slóganes de esta escuela, es "Escuela de vida", ahí una cosa fundamental y es que, a un chaval al que exigimos que sigan sus estudios y apruebe, empieza a valorar las cosas. Los padres nos comentan que los chicos intentan aprovechar cualquier minuto para estudiar, les cargas de responsabilidad y empiezan a valorar lo que quieren".
"El toro te hace madurar mucho, ellos saben que quieren ser toreros y que tienen que seguir estudiando y esto les da una formación y unos valores que son muy buenos y que quizá es lo fundamental, porque si de los 25 chavales que tenemos sale alguna figura del toreo lo firmábamos ahora mismo. Ser figura del toreo es dificilísimo y casi un milagro pero creo que para su vida y su formación van a sacar muchas cosas buenas".
"Ver la evolución es muy ilusionante, te hace recordar tus principios y que la lucha que llevan tiene sus resultados. El que haya dos novilleros con picadores que siguen aquí con nosotros, que viven aquí y que entrenan por la mañana y luego por la tarde, nos ayuda mucho con lo nuevos", añade Ángel.