Publicado en el Diario Digital SIGLO XXI
Crónica taurina
Manzanares, tenemos torero
Ignacio de Cossío
Manzanares confirma que es el torero de las faenas para la historia. Tuvo que salir el último toro y también caer chuzos de punta para realizar una gloriosa faena de menos a más por el pitón derecho. Tres series en redondo de temple proverbial con sus ya clásicos trincherazos y otros magistrales cambios de manos, provocaron el delirio de una plaza que se sumergía por momentos. José María Manzanares poco a poco y casi en silencio ha vuelto a cuajar otra faena para el recuerdo lleno de arte y majestad. En el primero de su lote receta una gran verónica con el empaque de los elegidos, pero en cuanto baja la mano en la muleta, el toro caía desfondado frente a sus manoletinas. Corrida de toros más parecida a una novillada de solteros y casados de Segovia que es el pueblo de mi madre. Esta claro que Juan Pedro o se reserva para el viernes o no tenía toros para Sevilla, porque estas dos comparecencias con distinto collar no se explican. Vaya petardo de presentación y juego rayando en la peor de las mansedumbres.
Castella, que es un torero de raza y nada más contemplar el mejor par de la Feria asomándose al balcón, obra y gracia de Curro Molina, se fue a la proa del barco. Es decir al centro del ruedo, con esa marejada de viento y agua que se el venía encima. Que valentía la del francés que cubre el tranco que le falta al toro. Cada envite es un milagro que no le enganche el pronto animal. En el quinto un toro muy complicado, se entrega al natural con una serie que arranca la música. Otro arrimón de narices y tras el pinchazo la firme estocada que le obliga saludar. Castella recupera puntos y sale revalorizado de la Feria.
Crónica taurina
Manzanares, tenemos torero
Ignacio de Cossío
Manzanares confirma que es el torero de las faenas para la historia. Tuvo que salir el último toro y también caer chuzos de punta para realizar una gloriosa faena de menos a más por el pitón derecho. Tres series en redondo de temple proverbial con sus ya clásicos trincherazos y otros magistrales cambios de manos, provocaron el delirio de una plaza que se sumergía por momentos. José María Manzanares poco a poco y casi en silencio ha vuelto a cuajar otra faena para el recuerdo lleno de arte y majestad. En el primero de su lote receta una gran verónica con el empaque de los elegidos, pero en cuanto baja la mano en la muleta, el toro caía desfondado frente a sus manoletinas. Corrida de toros más parecida a una novillada de solteros y casados de Segovia que es el pueblo de mi madre. Esta claro que Juan Pedro o se reserva para el viernes o no tenía toros para Sevilla, porque estas dos comparecencias con distinto collar no se explican. Vaya petardo de presentación y juego rayando en la peor de las mansedumbres.
Castella, que es un torero de raza y nada más contemplar el mejor par de la Feria asomándose al balcón, obra y gracia de Curro Molina, se fue a la proa del barco. Es decir al centro del ruedo, con esa marejada de viento y agua que se el venía encima. Que valentía la del francés que cubre el tranco que le falta al toro. Cada envite es un milagro que no le enganche el pronto animal. En el quinto un toro muy complicado, se entrega al natural con una serie que arranca la música. Otro arrimón de narices y tras el pinchazo la firme estocada que le obliga saludar. Castella recupera puntos y sale revalorizado de la Feria.
Ponce, lo esperado, exprime lo imposible al primer y cuarto novillo, digo toros, que por cierto no sé como le da vergüenza matar esos animales en Sevilla, con el prestigio que da ser el número uno en esto. Creo que Enrique deberías dar ejemplo y que tus veedores se negaran a aceptar semejantes animales. Otra que debería haber salido al paso era nuestra presidenta desechando la corrida por completo a primera hora de la mañana. Porque digo yo para que están los reconocimientos, y si no hay toros a salir a buscarlos a FuenteYmbro, Cuvillos, Victoriano del Río, Jandilla, a ver si no encuentran seis toros de verdad…
FICHA TÉCNICA
Plaza de toros de la Maestranza. Sevilla 7 de abril de 2008. Duodécimo festejo de abono. Quinto Lleno de no hay billetes en tarde fría y lluviosa. Se lidió una corrida de toros de Juan Pedro Domecq, con apariencia terciada y anovillada, lamentable el 4º bis. En líneas generales de escaso juego a excepción del noble aunque escaso de fuerzas 6º y un 5º con genio pero pronto y de embestida fuerte.-
Enrique Ponce, de carmelita y oro. Saludos y silencio.-
Sebastián Castella, de negro y azabache. Silencio y saludos.-
José María Manzanares, azul cobalto y oro. Silencio y dos orejas.
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