Abellán salva cornada
LA DESLUCIDA CORRIDA DE CONDE DE LA CORTE ARRUINA EL FESTEJO
Condes venidos muy a menos
KOLDO LARREA - Pamplona
Como en años anteriores, el comienzo de la Feria del Toro fue decepcionante. Y el comienzo del comienzo, también, por esa reiterativa falta de respeto hacia el palco presidencial.
La decepción también vino dada por la materia prima, que lo dejó todo en fachada. Fueron seis ejemplares con generosas defensas, astifinos y la mayoría, muy veletos, característica que complicaba, y mucho, la ortodoxa ejecución de la suerte suprema.
Respecto al juego, unos se quedaron muy cortos y los otros, los que tuvieron más recorrido, acusaron falta de gas, de motor, y se acabaron muy pronto, hasta negarse a pasar descaradamente. Cierto es que en el peto también recibieron lo suyo y pudieron acusar el exceso de castigo, y más con la salida tapada, como ocurrió en algunos casos. En tales condiciones, las esperanzas de diversión de veinte mil almas se fueron esfumando, en silencio, con demasiado silencio.
Y eso que la corrida comenzó con un gran susto. Abellán intentó torear al natural. El toro, sin clase, se quedó muy corto. Por el pitón derecho, mostró similar comportamiento y, además, se defendía echando la cara arriba. Lo cuadró y ejecutó la suerte suprema. A la salida del embroque, Asiático se llevó por delante al madrileño y, cuando intentó incorporarse, el cuatreño hizo por él y le pegó una dolorosa paliza, que por fortuna sólo quedó en eso, en un varetazo que le permitió salir de la enfermería y volver al ruedo.
El comienzo de su segundo trasteo fue más esperanzador pues el cuarto, inicialmente, se desplazó con buen son por el pitón derecho. Abellán dibujó una buena tanda, ligada e incluso bajando algo la mano. La segunda no tuvo tanta calidad. Lo probó al natural pero el toro se quedó sin pasar y miró la taleguilla del espada. En ese momento el toro se había acabado y la historia de Abellán en Pamplona, posiblemente, también.
El primer toro de Marín hizo albergar esperanzas de faena. El de Conde de la Corte se desplazaba alegre. El diestro catalán lo comprendió y citó de largo al comenzar cada serie. Puro espejismo. El toro fue a menos y, por el izquierdo, sólo tragó al pasito. La historia se volvió a repetir en el sexto. Tras dos series de derechazos, Fugitivo fue acortando su recorrido y los muletazos perdieron el escaso sabor que habían conservado.
Por tanto, la única nota positiva de la tarde vino de la mano de un Francisco Marco que lo dio todo pero chocó con dos toros que no dieron posibilidad alguna de triunfo.
El estellés movió con gusto la capa a la verónica ante ambos ejemplares. Al segundo lo recibió con la muleta junto a tablas, de rodillas, suerte que dejó bien a las claras que quería darlo todo, triunfar rotundamente. Imposible El toro se desplazó en muy corto recorrido por ambos lados, lo que hacía imposible el lucimiento soñado.
Al quinto se fue a recibirlo a portagayola. No conforme con el temerario trance, ejecutó una larga cambiada de rodillas y un ramillete de mecidas verónicas. En el último tercio, dos tandas bien trazadas de derechazos fue lo único que pudo hacer. El toro se había acabado. La paciencia del público, no.
FICHA DE LA TERCERA DE LA FERIA DE SAN FERMÍN EN PAMPLONA
LA DESLUCIDA CORRIDA DE CONDE DE LA CORTE ARRUINA EL FESTEJO
Condes venidos muy a menos
KOLDO LARREA - Pamplona
Como en años anteriores, el comienzo de la Feria del Toro fue decepcionante. Y el comienzo del comienzo, también, por esa reiterativa falta de respeto hacia el palco presidencial.
La decepción también vino dada por la materia prima, que lo dejó todo en fachada. Fueron seis ejemplares con generosas defensas, astifinos y la mayoría, muy veletos, característica que complicaba, y mucho, la ortodoxa ejecución de la suerte suprema.
Respecto al juego, unos se quedaron muy cortos y los otros, los que tuvieron más recorrido, acusaron falta de gas, de motor, y se acabaron muy pronto, hasta negarse a pasar descaradamente. Cierto es que en el peto también recibieron lo suyo y pudieron acusar el exceso de castigo, y más con la salida tapada, como ocurrió en algunos casos. En tales condiciones, las esperanzas de diversión de veinte mil almas se fueron esfumando, en silencio, con demasiado silencio.
Y eso que la corrida comenzó con un gran susto. Abellán intentó torear al natural. El toro, sin clase, se quedó muy corto. Por el pitón derecho, mostró similar comportamiento y, además, se defendía echando la cara arriba. Lo cuadró y ejecutó la suerte suprema. A la salida del embroque, Asiático se llevó por delante al madrileño y, cuando intentó incorporarse, el cuatreño hizo por él y le pegó una dolorosa paliza, que por fortuna sólo quedó en eso, en un varetazo que le permitió salir de la enfermería y volver al ruedo.
El comienzo de su segundo trasteo fue más esperanzador pues el cuarto, inicialmente, se desplazó con buen son por el pitón derecho. Abellán dibujó una buena tanda, ligada e incluso bajando algo la mano. La segunda no tuvo tanta calidad. Lo probó al natural pero el toro se quedó sin pasar y miró la taleguilla del espada. En ese momento el toro se había acabado y la historia de Abellán en Pamplona, posiblemente, también.
El primer toro de Marín hizo albergar esperanzas de faena. El de Conde de la Corte se desplazaba alegre. El diestro catalán lo comprendió y citó de largo al comenzar cada serie. Puro espejismo. El toro fue a menos y, por el izquierdo, sólo tragó al pasito. La historia se volvió a repetir en el sexto. Tras dos series de derechazos, Fugitivo fue acortando su recorrido y los muletazos perdieron el escaso sabor que habían conservado.
Por tanto, la única nota positiva de la tarde vino de la mano de un Francisco Marco que lo dio todo pero chocó con dos toros que no dieron posibilidad alguna de triunfo.
El estellés movió con gusto la capa a la verónica ante ambos ejemplares. Al segundo lo recibió con la muleta junto a tablas, de rodillas, suerte que dejó bien a las claras que quería darlo todo, triunfar rotundamente. Imposible El toro se desplazó en muy corto recorrido por ambos lados, lo que hacía imposible el lucimiento soñado.
Al quinto se fue a recibirlo a portagayola. No conforme con el temerario trance, ejecutó una larga cambiada de rodillas y un ramillete de mecidas verónicas. En el último tercio, dos tandas bien trazadas de derechazos fue lo único que pudo hacer. El toro se había acabado. La paciencia del público, no.
FICHA DE LA TERCERA DE LA FERIA DE SAN FERMÍN EN PAMPLONA
Pamplona. Lunes 7 de Julio. 3ª de San Fermín. Lleno.
Toros de Conde de la Corte, serios y cornalones aunque deslucidos, descastados y a menos todos ellos. Peores 1º y 2º.
Miguel Abellán, silencio en ambos.
Francisco Marco, palmas y silencio.
Serafín Marín, silencio tras aviso y silencio
No hay comentarios.:
Publicar un comentario