martes, 8 de julio de 2008

CORRIDA DE FERIA SAN FERMIN - PAMPLONA




Burladero.com
SÁNCHEZ VARA RESULTÓ HERIDO LEVE EN LA MANDÍBULA EN SU PRIMER TORO
Luís Bolívar toreando sobre la mano diestra. Foto: JF - Foto: JF


Cebada para animar la feria de Pamplona

KOLDO LARREA - Pamplona
La feria fue cobrando tono. Por lo menos, hoy hubo toros en el ruedo. Toros serios, astifinos, con movilidad, toros de verdad. Y, sinceramente, con sus más y sus menos, superaron por goleada a la mano de obra. El cartel anunciado ya hacía barruntar dudas respecto a un feliz desenlace.
La peor imagen la causó Sánchez Vara, un diestro que entró en los carteles sin mérito alguno en su currículum. Y la tarde le vino grande, muy grande, casi inconmensurable. Se fue a portagayola con el toro de su debut en Pamplona. Pero eso fue todo. Diestro banderillero, dejó tres pares para el olvido, voluntariosos pero apuntando a los sótanos. Y la oscuridad de ese tercio se mantuvo cuando cogió la muleta. En ese momento, sufrió un pitonazo en la cara, percance que, tal vez, le descompuso.
La verdad es que después no dio pie con bolo ante un toro que había quedado crudo en varas. El recital continuó con el estoque, que concluyó con un infame bajonazo, premeditado, para evitar que sonara el temido tercer aviso.
Tras un intermedio de dos toros, el mitin bochornoso, propio de mojiganga de la España más profunda, continuó en el quinto toro. ¡Dios mío, qué cuadrilla! Qué digo cuadrilla: panda de amiguetes, carentes de profesionalidad. Cierto es que el toro fue malo, que no ayudaba a clavar los garapullos... pero de ahí a poder contar en la arena media docena de rehiletes desperdigados. Lo dicho, como de capea infumable.
Y ya con todo descompuesto, público inclusive, el de Guadalajara se limitó a quitarle las moscas de las orejas al negro astado gaditano. En fin, para el olvido.
También fue malo el segundo tercio del tercer toro. De nuevo, la cuadrilla se distinguió por su mal hacer ante un ejemplar que fue muy cuidado en el peto. El espada colombiano, que ya se había lucido en un quite por tafalleras y con media docena de verónicas a pies juntos, comenzó el trasteo con dos cambiados por detrás que hicieron presagiar algo importante. Craso error.
El de Cali continuó con la diestra y enseguida se vio desbordado por la pegajosa casta del negro Cepillero. Después, se pudieron contemplar unos vulgares naturales y más trapazos carentes de limpieza, aunque, verdad sea dicha, el cuatreño no dejaba colocarse entre un muletazo y otro. Bolívar se quitó el aprieto con una estocada caída, con la que cobró aire.
El sexto, Peluquero, fue bravo en el peto. Empujó con codicia en el primer encuentro hasta derribar al picador. En la segunda vara, el empuje fue menor pero cumplió y en la tercera, sólo marcada, también metió los riñones. En el último tercio, Bolívar toreó a velocidad de crucero y así la limpieza resulta imposible. El toro merecía más distancia y más reposo. En fin, el joven americano tuvo dos toros para haber cortado trofeos y se fue de vacío. Por lo menos, preocupante, y mucho.
Urdiales, por último, se mostró algo frío ante el noble que abrió plaza. Lo toreó por ambos pitones, con limpieza, y temple también, pero le faltó meterse más con él, esa dosis de rabia tan necesaria para que los tendidos se sientan identificados con la obra que se está realizando en el ruedo.
La nobleza inicial del cuarto, que se fue quedando corto, no convenció al riojano y, por ello, realizó un trasteo de aliño mientras pensaba en la ocasión fallida.
FICHA DE LA CUARTA DE LA FERIA DE SAN FERMÍN


Pamplona. Martes 8 de Julio. 4ª de Feria. Lleno de 'No hay billetes'.


Toros de Cebada Gago, muy bien presentados, ofensivos, astifinos, nobles en general y de juego dispar, unos importantes, otros manejables y alguno malo. Segundo y tercero fueron aplaudidos en el arrastre.


Diego Urdiales, ovación con saludos y silencio.


Sánchez Vara, silencio en ambos.


Luís Bolívar, silencio y silencio.

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